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lunes, 5 de mayo de 2014

EMPRENDEDOR DE IDEAS (I)

 

   Los próximos post irán dirigidos a hablar un poco sobre la figura del emprendedor y sus herramientas, las ideas, la creatividad, etc.

¿QUÉ ES SER EMPRENDEDOR?

   Ser emprendedor es ante todo una actitud ante la vida. No depende del hecho de que trabajes por cuenta ajena o propia. Eso es indiferente. Lo que cuenta es tu actitud personal ante la vida. Hay personas que trabajando por cuenta ajena muestran siempre una actitud positiva, activa, proactiva y de liderazgo, y otras que trabajando por cuenta propia no muestran ese espíritu y sobreviven como pueden o no sobreviven, que es lo más probable.

   Un emprendedor es la persona que ante la vida muestra una actitud de liderazgo y de acción. Un emprendedor se pone en marcha y lidera su camino. Un emprendedor no deja que le escriban el guión de su vida, se muestra como protagonista de la misma. Como verás, esto tiene poco que ver con los conocimientos. Lo cual no quiere decir que ciertos conocimientos sean necesarios, en especial aquellos que tienen que ver con las habilidades propias para gestionar tu desarrollo personal y profesional.

   Un emprendedor no es un sabio, estos están en los centros de investigación. Un emprendedor es aquel que tiene un sueño, una visión, algún talento innato. Y en torno a ese sueño, a ese talento innato, articula su proyecto de vida.

   Tampoco es un jefe, o un directivo o empresario, aunque en ocasiones puedan adoptar ese rol. Un emprendedor es un ser humano que forja su propio destino en la vida, haciendo realmente lo que quiere, aquello con lo que se siente a gusto y libre. Al emprendedor no le van demasiado las ataduras y también puede llegar un momento en que la rutina le aburrirá. Emprender es una actitud que induce continuamente a salir de tu zona de confort o, como dirían las abuelas "un culo inquieto". Es tal vez por ese espíritu turbulento, de cierta rebeldía, que bulle continuamente, por lo que el emprendedor necesita un cierto sosiego y apoyo emocional, que frecuentemente se lo proporcionan las personas que tiene a su lado, con las que trata de establecer vínculos de complicidad.

   Una cosa clave es que no se debe emprender desde la desesperación, como única salida; porque puede ser un billete seguro al desastre. El emprendedor aparece por el hecho de que tiene un sueño, algo que transmitir, la creencia de que él puede hacer algo diferente. No nace y se mantiene desde la desesperación, esa no es una buena alternativa. De cada 10 emprendedores, 3 se inician como imitación al entorno en el que vive, o tiene antecedentes de emprendimiento en su familia. Otros 7 lo hacen impulsados por algún factor externo, como pueden ser el descontento en su trabajo actual o la búsqueda de sus sueños.

   Por otro lado, tampoco hay que confundir emprendedor y autónomo. Normalmente el emprendedor tiene aspiraciones de crecer hasta cierto punto. Primero no crea su actividad para ganarse la vida como pueda, cosa frecuente en los autónomos. No, crea su actividad fundada en que su sueño puede ser una realidad y por lo tanto el primer objetivo no es ganarse la vida como fuere, sino que es hacer tangible su sueño. En segundo lugar, hará crecer su negocio hasta allí donde no le ahogue la creatividad y la libertad. Llegados a este punto puede tomar dos decisiones: o sumergirse de lleno en esa empresa que ya creó, aun a riesgo de ser devorado su espíritu emprendedor por ella, o bien abandonarla, venderla y enfrentarse con otra actividad de emprendimiento. Es una decisión clave y personal en la vida del empresario.

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