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miércoles, 28 de mayo de 2014

EMPRENDEDOR DE IDEAS (IV)



LAS COMPETENCIAS DEL EMPRENDEDOR

   Los emprendedores, por encima de todo, deben aprender cuanto antes tres competencias fundamentales:

Competencias emocionales y personales.

   Esas competencias te ayudan de forma muy efectiva a desarrollar tu proyecto de vida, el cual se desarrolla en paralelo con el proyecto de emprendimiento. Este forma parte de tu actitud vital. Así mismo te ayudarán a establecer relaciones y vínculos eficaces con las personas de tu entorno. Te convertirá en una persona con la que se quiere estar. Por otro lado, debes prestar mucha atención a la inteligencia intuitiva, mucho más que la inteligencia racional.

Competencias sociales y éticas.

   Las que determinan el universo de las relaciones personales y la forma como las mismas se van a desarrollar. El emprendedor no puede ser una persona arisca con los demás. Hay que crear un círculo de relaciones del que va a depender en buena medida su devenir profesional. El emprendedor se desarrolla con los demás y se debe a los demás. Al tiempo debe generar un importante código ético personal que impregne su conducta y la de su actividad empresarial. Un emprendedor sin ética personal y sin ética en su negocio es un peligro para la sociedad, intentará depredar lo que toca en su exclusivo beneficio. Este obviamente no es un emprendedor, es un delincuente que se aprovecha de la situación. El emprendedor debe desarrollar valores tales como transparencia, honestidad, honradez, voluntad de servicio. Y estos valores deben estar presentes en todo momento en la forma de hacer su empresa.

Competencias técnicas y empresariales.

   Obviamente los conocimientos técnicos y el manejo de ciertas herramientas técnicas (poder hacer un plan de negocios básico, poder descubrir una idea y trabajar en llevarla a cabo, elementos de comunicación social, etc.). Pero por encima de todo esto debe tener presente que el se debe centrar en su idea. El corazón de su negocio es su idea y por lo tanto su fuerte;  más que en lo técnico, debe estar en saber liderar el desarrollo de la idea. Deberá aprender cosas, pero no debe obsesionarse por saber de todo. Es mejor contar con la ayuda de algún experto en ocasiones (jurídico, marketing, producción). No debe desviar sus esfuerzos del camino del liderazgo de su idea. Claro que es mejor si se tienen estudios, se estará más preparado para las adversidades y resolución de problemas, pero ha habido grandes emprendedores, que se han convertido a su vez en grandes empresarios, que partían de una formación escasa. Han sabido hacer lo principal, que es liderar el desarrollo y crecimiento de su idea.

lunes, 19 de mayo de 2014

EMPRENDEDOR DE IDEAS (III)



LAS TRABAS AL EMPRENDIMIENTO

   España no es un país fácil para ser emprendedor. Esa burocracia instalada hace que una empresa tarde de media unos cuarenta días en tener la documentación en regla para poder operar, eso si no te topas con el mundo del papeleo con ayuntamientos, comunidades y gobierno. Si hablamos de que quieras montar algo con vistas hacia el exterior ya puedes tardar incluso años.

La cultura de la sociedad española hacia el emprendimiento.

   Es un factor clave de desmotivación. En España el emprendedor, el empresario, no son bien vistos, no tienen ganado ese respeto y admiración por la sociedad. No rige el factor imitación, no es algo atrayente. Rige como elemento desmotivador. De ahí que entre las preferencias de los jóvenes no aparezca como primera opción. No tienen espejos en los que fijarse. Desde mi punto de vista hay tres cosas que fomentan y asientan la cultura del rechazo a emprender:

  1. La no difusión positiva del hecho de ser empresario en este país. Los que hay, que los hay, están escondidos. No dan entrevistas, no publican sus biografías, no participan en foros o debates. La sociedad no les conoce y hace que se creen imágenes falsas sobre ellos.
  2. La difusión de hechos negativos. España soporta niveles muy elevados de corrupción y detrás de todos esos hechos suelen aparecer tramas empresariales como imputadas. Reavivando la llama de que el empresario es "una persona de la que no hay que fiarse".
  3. El sistema educativo en España no fomenta en absoluto el talento, la creatividad y la iniciativa. Es otra reforma que se hace muy necesaria, ya que nuestro sistema fue diseñado para una sociedad industrial que generase empleados clonados para fábricas y oficinas. La muerte de este modelo necesita de un sistema educativo afín con la nueva sociedad del conocimiento que sea capaz de identificar y potenciar la singularidad. También cabe hablar aquí de la familia, que por educación y formación tiende a crear un entorno que induce a los pequeños a buscar la seguridad de "un trabajo para toda la vida" (cosa que actualmente es bastante improbable).

La burocracia, el papeleo.

   No ayuda en absoluto que en España se tarden unos cuarenta días en que tu empresa esté operativa y que en cuanto a facilidades para crearla aparezcamos en el puesto 136 a nivel mundial. Es de urgencia una reforma del sistema administrativo, muy fácil, bastaría con copiar el sistema británicos o el americano. En ambos se puede abrir y hacer operativa una empresa en tan solo 24 horas y con todas las gestiones realizadas por Internet. En ambos casos, el espíritu es que los papeles vienen luego, primero se abre el negocio y se echa a andar. En USA, para toda empres que no supere los veinte empleados, hay unas condiciones muy flexibles si hablamos sobre inspecciones y fiscalidad. Aquí, hasta puede ocurrir lo contrario. Esa barrera, la de los 6 millones de euros de facturación. Muchas empresas "no quieren crecer" o abren otra razón social diferente con tal de no llegar a esa cifra, ya que puedes ser objeto de infinitas inspecciones.

El nulo apoyo del sistema financiero español a la actividad emprendedora.

   Realmente puedes comenzar con poco, unos 4500 euros entre constitución de la sociedad y gastos varios, empezando desde casa y si eres el único socio. Ese pequeño importe vale para asomar la cabeza, aunque si la cosa funciona pronto necesitarás más dinero para consolidar la primera fase y dar un paso adelante. Ahí comienzan los problemas. Acudirás a la banca en busca de financiación siempre y cuando tengas un patrimonio que hipotecar, porque si no lo tienes te verás obligado a arrastrar a tu familia o amigos para que garanticen un posible crédito.

   Las entidades del sistema financiero español, que eran consideradas hasta el inicio de la crisis como de las mejores del mundo, tienen aversión al riesgo. Se han especializado en dar hipotecas y créditos al consumo con sus debidas garantías. Pero no están habituadas a estudiar proyectos y mucho menos a apostar por una idea y por la persona. Así que la realidad es dura, eres emprendedor, pero olvídate de diseñar un bonito plan de negocio para presentarlo en el banco. Se te escuchará por cortesía, pero al final te preguntarán sobre las garantías reales que aportarás ante los fondos que estás solicitando.

Escaso desarrollo de otras vías de financiación.

   Una alternativa a la financiación bancaria, es acudir a la financiación e inversión privada. Desde los 90 se desarrollan colectivos de inversores privados (business angels) dispuestos a oír tu proyecto y si les convences te financiarán pero al cabo de entre 3 y 5 años buscan recuperar su inversión multiplicada por 10, 15 o 20. Aquí en España esta forma está escasamente desarrollada y no hay mucho donde elegir, con lo que hay que buscarlos en el extranjero.

   Tampoco existe mucho apoyo por parte de las universidades, salvo excepciones. Hay pocas universidades de emprendimiento con apoyo financiero, orientación y tutela.

   La alternativa más novedosa es el crowdfounding, se trata de acudir a sitios Web que desarrollan un proceso de recogida de fondos colectiva. Cuelgas tu proyecto, informas sobre qué cantidad necesitas y marcas un plazo para lograrla. Los que vean tu oferta y estén interesados en aportar te facilitarán el camino. Esta fórmula funciona para proyectos pequeños como lanzar un disco o grabar un cortometraje.

Pocos sitios especializados de apoyo y orientación al emprendedor.

   Los emprendedores obviamente no tienen un conocimiento universal, son portadores de una idea. Aquí surgen las lagunas y las dudas, en especial en torno al proceso de como hacer realidad esa idea. Si bien es cierto que en ayuntamientos, comunidades y cámaras de comercio existe alguna oficina en la que algún empleado con más voluntad que conocimientos, ayuda al emprendedor en ese complejo proceso. Lo habitual es que estos empleados no hayan tenido nunca una experiencia como emprendedores y su ayuda a veces no sea lo más adecuada posible.

   Queda decir que hay que hacer muchos cambios en España, y no basta con cambiar la ley. Pero si tienes un sueño, no te desanimes, porque es posible que lo hagas realidad. En esta última década hay muchas cosas que están cambiando y existen iniciativas con mucho éxito en nuestro país, como por ejemplo Infojobs.

martes, 13 de mayo de 2014

EMPRENDEDOR DE IDEAS (II)



   ¿De dónde sale el emprendedor, esa persona que un buen día decide arriesgar su dinero y poner en juego su esfuerzo y tratar de hacer realidad una idea o un sueño? Se puede decir que hay seis vías de cultivo del emprendedor.

  1. El entorno favorable, especialmente el familiar y el educativo (escuela y universidad). Cuando un niño se encuentra en un entorno que favorece continuamente su ansia de aprender, que no le limita, que le empuja a intentar cosas, que no le castiga por el error, que le da cancha de juego. Todo esto favorece s u espíritu independiente. Si encima en la escuela y en la universidad sigue encontrándose un similar clima de libertad y estímulo, es muy posible que esta persona acabe siendo un emprendedor y posiblemente un empresario. El entorno actúa como un referente, como un estímulo, y la persona desea imitar lo que ve. Si bien, esta no sea posiblemente la mayor fuente de producir emprendedores.
  2. Aprendizaje positivo en el trabajo. Es frecuente que muchas personas que de jóvenes entran a trabajar en empresas en las que se genera un clima de cooperación, de aprendizaje continuo y contacto frecuente con clientes (es el caso de las consultoras) acabe pensando que "eso lo puedo hacer yo por mis medios y trabajar para mí". Terminan montando su propia empresa de consultoría. Han aprendido los procesos y procedimientos y han contactado con muchos clientes, algunos de los cuales serán el germen del nuevo negocio. Un aprendizaje positivo en el trabajo por cuenta ajena puede ser una buena vía para el emprendimiento, si lo que haces por cuenta ajena coincide con tus gustos, aficiones y pasiones. Desarrollas un aprendizaje de primera mano que te sirve como impulso para lanzarte a tu aventura.
  3. Tu propia empresa te empuja y te ayuda. Esta vía aparece normalmente en empresas medianas o grandes, cuando se plantean externalizar un proceso, departamento o división. Suelen ofrecer a los trabajadores que están en plantilla, como alternativa al despido y dado que la empresa va a continuar con esos procesos, pero de forma externa, que sean ellos quienes se constituyan en proveedores de su antigua empresa. La empresa les suele facilitar la salida y les ayuda, al menos un tiempo, en su nuevo estatus. Esto permite al nuevo emprendedor abrirse camino y en multitud de casos casos, captar nuevos clientes. Esta fórmula puede funcionar si tú crees que puedes ser dueño de tu propio destino. Te están poniendo una alfombra roja para que lo intentes.
  4. Antes de que todo se hunda. Esta situación se de en empresas normalmente pequeñas o de mediano tamaño en las que se va a producir el cierre de las mismas. Los empleados deciden una especie de colectivización de su empresa. Se constituyen en sociedad o en cooperativa y ahora, como accionistas o propietarios tratan, de sacar adelante el negocio. Es el caso en el que se encontró el periódico en papel Público. Esta vía tiene sus riesgos, ya que puede que no sientas ninguna inclinación por hacerte cargo de algo por lo que no sientes demasiada pasión y solo te lo estás planteando como fórmula de vida. Tómate un tiempo de reflexión antes de decidir y pregúntate si vas a ser feliz colaborando en la dirección y consolidación de ese negocio. Si va con tu personalidad y pasión.
  5. Experiencias negativas en el trabajo. Esta situación suele alimentar una insatisfacción que llevas dentro. suele ser el elemento que dispara tu decisión, que no te atrevías a tomar. De este canal surgen aquellos que están cansados de jefes tóxicos y prefieren no trabajar por cuenta ajena. La suma de experiencias negativas en el trabajo por cuenta ajena va empujando a la persona a probar con el emprendimiento, en un deseo de encontrar espacios de libertad en los que desarrollar sin trabas sus ideas y la posible pasión que ha estado escondida sin saberlo.
  6. La única salida del túnel. De aquí salen aquellos que jamás se plantearon emprender. Suelen ser personas de cierta edad (entre los 50-55) que, de repente, después de 15 o 20 años normalmente en la misma empresa, se quedan en paro y no encuentran trabajo. Estos intentarán, como último recurso, el trabajo por cuenta propia. La mayoría se constituirán como autónomos y tratarán de abrirse camino. Aunque este tipo de acciones si nacen de la desesperación pueden conducir al fracaso.
   Lo cierto es que los emprendedores suelen romper con ese guión que supuestamente había sido escrito para ellos. Puede que haya dos cosas que todos los emprendedores tienen en común. La primera es un sueño, un deseo de hacer algo distinto por ellos mismos. Ese es un motor inmenso que arranca en un momento determinado. Si no lo intentan, van a estar insatisfechos consigo mismos toda la vida. La segunda es una enorme capacidad de resistencia al fracaso. Normalmente el emprendedor de verdad no tira la toalla ni al primer fracaso, ni al sexto o séptimo. Lo sigue intentando, está totalmente convencido que se puede. Nunca piensa en que un fracaso le marcará; al contrario, le aporta las claves a adoptar para evitar futuros traspiés.

lunes, 5 de mayo de 2014

EMPRENDEDOR DE IDEAS (I)

 

   Los próximos post irán dirigidos a hablar un poco sobre la figura del emprendedor y sus herramientas, las ideas, la creatividad, etc.

¿QUÉ ES SER EMPRENDEDOR?

   Ser emprendedor es ante todo una actitud ante la vida. No depende del hecho de que trabajes por cuenta ajena o propia. Eso es indiferente. Lo que cuenta es tu actitud personal ante la vida. Hay personas que trabajando por cuenta ajena muestran siempre una actitud positiva, activa, proactiva y de liderazgo, y otras que trabajando por cuenta propia no muestran ese espíritu y sobreviven como pueden o no sobreviven, que es lo más probable.

   Un emprendedor es la persona que ante la vida muestra una actitud de liderazgo y de acción. Un emprendedor se pone en marcha y lidera su camino. Un emprendedor no deja que le escriban el guión de su vida, se muestra como protagonista de la misma. Como verás, esto tiene poco que ver con los conocimientos. Lo cual no quiere decir que ciertos conocimientos sean necesarios, en especial aquellos que tienen que ver con las habilidades propias para gestionar tu desarrollo personal y profesional.

   Un emprendedor no es un sabio, estos están en los centros de investigación. Un emprendedor es aquel que tiene un sueño, una visión, algún talento innato. Y en torno a ese sueño, a ese talento innato, articula su proyecto de vida.

   Tampoco es un jefe, o un directivo o empresario, aunque en ocasiones puedan adoptar ese rol. Un emprendedor es un ser humano que forja su propio destino en la vida, haciendo realmente lo que quiere, aquello con lo que se siente a gusto y libre. Al emprendedor no le van demasiado las ataduras y también puede llegar un momento en que la rutina le aburrirá. Emprender es una actitud que induce continuamente a salir de tu zona de confort o, como dirían las abuelas "un culo inquieto". Es tal vez por ese espíritu turbulento, de cierta rebeldía, que bulle continuamente, por lo que el emprendedor necesita un cierto sosiego y apoyo emocional, que frecuentemente se lo proporcionan las personas que tiene a su lado, con las que trata de establecer vínculos de complicidad.

   Una cosa clave es que no se debe emprender desde la desesperación, como única salida; porque puede ser un billete seguro al desastre. El emprendedor aparece por el hecho de que tiene un sueño, algo que transmitir, la creencia de que él puede hacer algo diferente. No nace y se mantiene desde la desesperación, esa no es una buena alternativa. De cada 10 emprendedores, 3 se inician como imitación al entorno en el que vive, o tiene antecedentes de emprendimiento en su familia. Otros 7 lo hacen impulsados por algún factor externo, como pueden ser el descontento en su trabajo actual o la búsqueda de sus sueños.

   Por otro lado, tampoco hay que confundir emprendedor y autónomo. Normalmente el emprendedor tiene aspiraciones de crecer hasta cierto punto. Primero no crea su actividad para ganarse la vida como pueda, cosa frecuente en los autónomos. No, crea su actividad fundada en que su sueño puede ser una realidad y por lo tanto el primer objetivo no es ganarse la vida como fuere, sino que es hacer tangible su sueño. En segundo lugar, hará crecer su negocio hasta allí donde no le ahogue la creatividad y la libertad. Llegados a este punto puede tomar dos decisiones: o sumergirse de lleno en esa empresa que ya creó, aun a riesgo de ser devorado su espíritu emprendedor por ella, o bien abandonarla, venderla y enfrentarse con otra actividad de emprendimiento. Es una decisión clave y personal en la vida del empresario.
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