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lunes, 30 de junio de 2014

¿CÓMO ES EL INQUILINO MEDIO ESPAÑOL?



   Según los datos del Ministerio de Fomento, hace una década el número de viviendas en alquiler representaba el 13% del total; hoy ya es el 20%. ¿Cómo son esos nuevos arrendatarios que están sumando en el sector del alquiler.?

   Ya no se trata solo, como era habitual en España, de jóvenes estudiantes compartiendo piso, de solteros, o de parejas que prueban con la vida en común. Ahora el perfil es el de un joven de alrededor de 30 años, casado, con hipoteca (es decir, también propietario) y trabajo estable.

Veamos las conclusiones:
  • Edad. La media es de 30 años. El 40,12% de los inquilinos tiene entre 26 y 35 años, y casi un 29% se sitúa entre los 36 y 55 años. El siguiente grupo son los menores de 25 (27,14%).
  • Género. Hay una mayoría de hombres: el 52,83%.
  • Estado civil. Como hemos dicho, predominan los casados (37,01%), aunque casi les igualan los solteros (36,72%). Más lejos, separados y divorciados (ambos con un 12%). El alquiler se afianza como una buena opción también entre las familias estables y solventes que necesitan ganar en flexibilidad.
  • La mayoría de los encuestados afrontan una hipoteca. La explicación se encuentra en los cambios en el destino laboral, hoy más frecuentes, y también en el aumento de la familias, lo que lleva a algunos propietarios a alquilar una vivienda y arrendar la suya.
  • Trabajo. El 19,84% tiene un contrato indefinido, el 17,14% son trabajadores a tiempo parcial, cifra muy similar a la del número de autónomos que se decantan por el alquiler. En general los inquilinos en España trabajan en el sector servicios y en pymes.
  • Ingresos. La media está en 16.745 euros al año. Casi el 47% gana menos de 20.000 euros y el 22,65% ingresa entre 30.000 y 40.000 euros anuales.
  • Número de inquilinos por vivienda. La media es de 2,7. Pero este podría ser un buen resumen de los principales porcentajes: el 31,12% de los contratos tiene dos inquilinos; el 23,18%, tres  y  el 20,14%, solo uno.
Otros datos interesantes para conocer por qué los españoles se deciden a alquilar:
  • La mayoría busca la vivienda por Internet.
  • Se tarda una media de 24 días en encontrarla.
  • Se ven 3,8 inmuebles antes de decidirse.
  • La característica que más se valora es que la casa esté cerca del trabajo.
   Pero, ¿por cuánto tiempo el inquilino se mantiene en la misma vivienda? Como media los arrendatarios permanecen 19 meses en el mismo inmueble.

jueves, 19 de junio de 2014

¿CUÁNTO NOS CUESTA IR A TRABAJAR?



   Cuando hablamos de nuestro salario, hablamos de cuánto ganamos en términos brutos. Sin referirnos al importe recibido sin recibir las correspondientes retenciones fiscales ni las cotizaciones a la Seguridad Social, sino el dinero que ganamos sin descontar los gastos en los que tenemos que incurrir para trabajar. Unos gastos que nunca solemos tener en cuenta pero que, sin embargo, te sorprenderá su cuantía si te tomas la molestia de realizar el cálculo. 

¿Cuánto me cuesta desplazarme hasta el lugar de trabajo?

   La mayoría de oficios requieren presencia física en el lugar de trabajo y esta exigencia implica el correspondiente desplazamiento desde nuestra casa hasta la oficina o centro donde se desarrolla la actividad correspondiente, además de un segundo desplazamiento para regresar a casa. En total, dos desplazamientos diarios que conllevan un gasto importante en gasolina y en desgaste del coche, y que dependerán de la distancia que exista de casa al trabajo y del trabajo a casa y del medio de transporte escogido, y que nadie nos paga puesto que, por lo general, no está incluido en nuestro salario.

   Pongamos, por ejemplo, que nuestro trabajo está a 25 kilómetros de la puerta de nuestra casa. Para llegar al trabajo tendremos que realizar 50 kilómetros todos los días, o 250 kilómetros cada semana, suponiendo que trabajemos cinco días a la semana, o 1000 kilómetros al mes. Suponiendo que el consumo medio de nuestro vehículo sea de 8 litros  a los 100 kilómetros y que el precio de la gasolina sea de 1,50 euros por litro (para simplificar y facilitar el cálculo), gastaremos 30 euros a la semana en gasolina para llegar a nuestro trabajo, o lo que es lo mismo, 120 euros al mes.

   Si a ello le sumamos el desgaste natural que cualquier vehículo sufre al ser utilizado, el coste aumenta de manera considerable. Si suponemos que las ruedas aguantan 30.000 kilómetros, que es el único uso que le hacemos al coche y que el coste de cada rueda es de 150 euros, tardaremos unos dos años en cambiar las cuatro ruedas; en total, 600 euros cada dos años, y si distribuimos el coste de forma mensual tendremos que añadir otros 25 euros a la cantidad previamente calculada.

   Pero, además, los coches suelen pasar revisiones periódicas cada 15.000 kilómetros o seis meses, aproximadamente. Si suponemos que realizamos dos revisiones anuales a un precio de 200 euros por revisión, el coste mensual prorrateado que tendremos que hacer frente será de unos 33 euros. En total, el desplazamiento al trabajo ha supuesto un coste aproximado de 180 euros al mes. Todo ello sin contar el necesario desembolso que ha supuesto la adquisición del vehículo puesto que, en muchos casos, el trabajo ha constituido la única razón para su compra.

   ¿Y si prescindimos del transporte privado? Sin contar que, en bastantes ocasiones, no hay forma de llegar hasta nuestro puesto de trabajo si no es con un vehículo propio, el transporte público no nos sale mucho más económico. El taxi puede suponer un coste de 10 euros por desplazamiento (20 euros diarios), lo que constituye una suma de, aproximadamente, 400 euros mensuales, muy por encima del coste del transporte en automóvil propio. Aún así, el taxi puede, en ocasiones, compensar.

   Si optamos por la opción más económica, el autobús, metro y, en general, cualquier otro medio de transporte público, puede que sí notemos un cierto ahorro. Si suponemos que el precio por trayecto del autobús o del metro es de 1,50 euros, el coste mensual total sería de 60 euros. Sin embargo, en este caso tendremos que tener en cuenta también el coste por desgaste de las zapatillas que, a pesar de que se obvia en el 100% de ocasiones, constituye un coste del que no nos tendremos que preocupar si utilizamos un medio de transporte privado.

¿Me da tiempo a comer en casa?

   En la actualidad, la mayor parte de los trabajos tienen jornada partida. Esto quiere decir que los empleados tienen que trabajar tanto por la mañana como por la tarde con un lapso de tiempo determinado para comer, que variará e función de las necesidades de la empresa. Ante esta situación se nos plantea una nuevo gasto: el de la comida.

   Si optamos por comer en casa, tendremos que multiplicar el gasto del vehículo calculado en el ejemplo anterior por dos. Es decir, para una distancia de 25 kilómetros gastaremos 360 euros mensuales solo en gasolina y en desgaste del vehículo. Por este motivo, y sobre todo para los empleados que tienen que realizar desplazamientos más largos, es más interesante comer cerca del lugar de trabajo (o, incluso, en el mismo centro de trabajo).

   De hecho, son muchas las empresas que pagan la comida en sus empleados mediante tickets de comida o pasándolo por gastos. En este caso, existen multitud de restaurantes que aceptan este tipo de vales como medios de pago, en los cuales los empleados pueden comer sin coste adicional para ellos, puesto que ya va incluido en el importe del ticket. Sin embargo, aquellos empleados cuyas empresas no les proporcionen tickets restaurant tendrán que hacer frente a un coste extra por comida que podemos cuantificar en 10 euros diarios, 40 euros semanales (suponiendo que los viernes no come en el trabajo) o 160 euros mensuales. No obstante, existe una alternativa a este gasto que es llevar el tupper al trabajo o un bocadillo, alternativa que cada día está más de moda.

Resto de gastos: a cuidar nuestro bolsillo

   Existen, asimismo, otros gastos que, aun no suponiendo el grueso de costes para el empleado, constituyen una salida de dinero que debemos tener en cuenta. ¿Quién no es el empleado que no se ha tomado un pincho de tortilla a media mañana? ¿O el que no se toma tres, cuatro o incluso cinco cafés diarios? Todos estos consumos cuentan ya que a fin de mes nuestro bolsillo y nuestra cuenta bancaria se ven reducidas de forma considerable.

   Si cuantificamos este coste podemos, de nuevo, llevarnos una sorpresa. Para un gasto de, pongamos, cinco euros diarios en gastos variados, tendremos un coste semanal de 25 euros, o un coste mensual de otros cien euros. Hay que decir, no obstante, que este gasto podría ser similar si no estuviésemos en el trabajo. No obstante, al fin y al cabo ese gasto se realiza en el trabajo y, por este motivo, lo tenemos en cuenta.

   En definitiva, un empleado normal que viva a 25 kilómetros de su trabajo, con un utilitario normal que consuma 8 litros a los 100 kilómetros, que tenga que comer cuatro días a la semana fuera de casa (y su empresa no se lo pague) y que tenga un gasto normal en cafés y demás productos de consumo, acabará gastando unos 450 euros al mes solo en conceptos relacionados directamente con el trabajo. Si no controlamos este gasto, trabajar nos puede salir muy caro.

lunes, 9 de junio de 2014

CIUDADES ESPAÑOLAS PARA AMANTES DE LA BICI



   Ecológica, barata y sana. Los beneficios de la utilización de la bicicleta en la ciudad son bien conocidos, pero conviene recordarlos. Un informe de la Organización Mundial de la Salud y de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa, publicado hace unas semanas, estimaba que la promoción de este transporte en las localidades europeas evitaría 100.000 fallecimientos por accidentes de tráfico y por la contaminación. Además, estimularía la economía creando alrededor de 76.000 empleos.

   En España, los responsables municipales parecen que han tomado buena nota, si atendemos al espectacular desarrollo de los carriles-bici en muchas de las principales ciudades y a la cada vez mayor oferta pública de alquiler de bicicletas para los ciudadanos.

   Madrid es la protagonista del reciente impulso a esta iniciativa sostenible: se acaba de poner en marcha un servicio de alquiler de 1.580 bicicletas con motor eléctrico –para ayudar al pedaleo– con las que se podrán recorrer los 278 kilómetros de su red de carril-bici.

   Este saludable servicio se implantó en Barcelona en 2007 (6.000 bicicletas; 182 kilómetros de carril-bici) y en Zaragoza en 2008 (1.300 bicicletas; cien kilómetros).

   Destacan también por su cobertura Valencia (2.750 bicicletas; 130 kilómetros) y Sevilla (2.500 bicicletas; 140 kilómetros). Aunque, San Sebastián, Santander, Valladolid o incluso Valdepeñas (Ciudad Real) están incrementando asimismo su oferta.

   El precio es muy similar en todos los casos: entre 25 y 45 euros por un bono anual. Aunque existen particularidades, por ejemplo, en Barcelona se regala la primera media hora de desplazamiento, mientras que en Madrid se va a cobrar desde el comienzo.

Evaluando

   La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó un examen en Agosto de 2013 de la calidad de las vías ciclistas de 11 ciudades españolas, porque no todo consiste en hacer muchos kilómetros de carril. Hay que valorar también sus conexiones, si comunican los barrios con el centro de la ciudad, si son amplias y cómodas o su estado de conservación.

   A partir del resultado de ese estudio hemos preparado el ‘top 5’ de localidades para recorrer en bicicleta:
  • Sevilla. No sólo es la que cuenta con la mejor red de carril-bici de España, según la OCU, sino que es la cuarta ciudad del mundo para la web de diseño de infraestructuras ciclistas copenhagenize.eu, por detrás de Amsterdam, Copenhague y Utrecht. Recorrido propuesto para conocer la ciudad: comenzar en la Plaza de España, pedalear por el parque de María Luisa, llegar al Guadalquivir y seguir a lo largo de su ribera hasta la Maestranza. El carril-bici se introduce después en el corazón histórico para desembocar en la Giralda.
  • Zaragoza. Sorprende la densidad de su red y el número de bicicletas y estaciones de alquiler (Sistema Bizi), en las que se puede pagar el servicio a través del móvil. Recorrido propuesto: se inicia a la orilla del Ebro para pasar por las instalaciones de la Exposición Internacional del Agua. De ahí al Palacio de la Aljafería, el Patio de los Naranjos, la Plaza del Pilar y la Basílica.
  • San Sebastián. En 2016 será la Capital Europea de la Cultura y en ese marco la bici se va a convertir en una prioridad para la ciudad. Cuenta como Madrid con bicicletas eléctricas. Recorrido propuesto: por supuesto, es imprescindible pedalear junto al mar por el paseo marítimo. Además, los puntos de información turística proponen rutas temáticas: de cine, gastronómicas, arquitectónicas, culturales, históricas, entre otras.
  • Vitoria. La primera localidad que puso en marcha un servicio de alquiler de bicicletas, aunque lo cerró en 2012. Sin embargo, sus 100 kilómetros de carril-bici siguen estando entre los mejor trazados y conservados. Recorrido propuesto: el casco urbano es pequeño y recogido, perfecto para perderse sin rumbo… Al final, todos los caminos llegan a la Plaza de España y la Plaza de la Virgen Blanca.
  • Barcelona. El programa urbano de bicicletas Bicing facilita 420 puntos de alquiler y estacionamiento, de manera que puede recorrerse la ciudad de un extremo a otro sin problema. Recorrido propuesto: se puede comenzar a pedalear en la Plaza de Cataluña, atravesar el barrio Gótico, para luego pasar por la catedral, la Sagrada Familia y la Rambla. Una alternativa: bordear toda la costa desde la Plaza de Colón hasta el Fórum.

ELIGE BIEN TU AIRE ACONDICIONADO



   Se acerca el verano y ya estás pensando en cómo hacer frente a las altas temperaturas. ¿Por fin has decidido comprar un equipo de aire acondicionado? ¿No tienes más remedio que renovar el que instalaste, hace ya unos años, porque no da más de si?

   A partir de la información que facilita la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), con todo lo que debes saber para elegir el equipo de climatización adecuado. Estos son los dos pasos básicos:

  • Tienes que averiguar exactamente lo que necesitas: ¿cuánto espacio quieres refrigerar? ¿Solo aire frío? ¿Presupuesto?
  • A partir de ahí, busca el equipo que más te convenga. La oferta es muy amplia, tanto en características como en precio.

¿Qué necesitas?

   El dato más importante que debes conocer es la potencia que se precisa para la superficie que vas a climatizar. Obviamente, cuanto mayor es el espacio, necesitarás más frigorías (unidad que mide la capacidad de refrigeración). Eso supondrá un precio mayor y más gasto energético.

   La cifra de referencia que utilizan los instaladores es de 100 frigorías/hora por metro cuadrado. Por tanto, un salón de 20 m2 precisará aproximadamente al menos 2.000 frigorías/hora. Ese cálculo es estimativo ya que hay que considerar otros factores importantes:
  • Si la casa está orientada al sur será más calurosa, por tanto es conveniente un equipo con más capacidad de refrigeración.
  • Un mal aislamiento (ausencia de toldos o persianas, paredes finas, ventanas con cerramientos deteriorados…) provoca que el calor entre con más facilidad y cueste más refrescar el ambiente. De nuevo, habría que pensar en un aparato más potente.
  • Cuantas más personas, más calor se genera en un mismo espacio. Si sois muchos en casa, la 100 frigorías por m2  se quedarán cortas. La OCU te ayuda con una aplicación para calcular la potencia que necesitas según todas las características de tu casa.


¿Qué equipo de refrigeración te conviene?

   Existen tres tipos de aparatos de aire acondicionado:
  • Aparatos split fijos o multi Split. Son los más habituales en los domicilios. Generan una potencia alta, son silenciosos y pueden equipar una bomba de calor para utilizarlos como calefacción en invierno. Inconvenientes: necesitas contratar a un instalador. Además, no todos los modelos renuevan el aire.
  • Aparatos split móviles. El sistema es muy parecido al anterior, con la ventaja de que se puede desplazar de una habitación a otra y no requiere instalación. Inconvenientes: tienen menos potencia, gastan más y son ruidosos.
  • Aparatos monobloque móviles. Aquí no hay dos elementos. Todo se integra en una unidad móvil que toma el aire caliente y lo expulsa al exterior por un tubo, con lo que se renueva el aire. No necesitan instalación y son los más económicos. Inconvenientes: es el tipo de aparato que menos potencia desarrolla, el más ruidoso y el que más consume.

   Además, hay que decidir cuál de estas dos tecnologías es más conveniente en cada caso:
  • Convencional: el compresor empieza a trabajar al 100% para alcanzar una temperatura fijada. Una vez conseguida, la mantiene arrancando y parando, lo cual genera picos de consumo y exceso de calor o frío.
  • Inverter: el compresor está preparado para trabajar a mayor capacidad (hasta un 120%) en el arranque, de manera que se alcanza antes la temperatura deseada. Esta tecnología permite  mantener siempre la temperatura estable, sin picos, y logra un consumo más eficiente (menos gasto).

   Todos los equipos tienen una calificación energética: desde la A (el menos eficiente) hasta la A+++ (el más eficiente). Lo que se puede ahorrar al comprar uno de baja eficiencia energética puede ser lo gastado, en poco tiempo, en la factura de electricidad. Valora todas estas características y elige la que mejor se adapte a tus necesidades.
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